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miércoles 30 junio 2010

.... paranoia ....


Enciendo la lámpara que ilumina la mesa del estudio. Los papeles, caóticamente amontonados, alzan sus esquinas para llamar mi atención pero el esfuerzo es en vano..... las tareas se hacen eternas estos días en que los amigos hacen sus maletas y emprenden su rumbo al idílico mundo de las vacaciones.

Por contra, yo no veo sino trabajo en el horizonte. Mi esperanza radica en que alguien dijo que la Tierra era redonda. ¿Tendré la suerte de que alguna de mis tareas se precipite al otro lado del globo?

Mi amigo Filiberto diría algo así como que la redondez del planeta no es más que la representación empírica del equilibrio armónico y que según algún filósofo, mis esperanzas son una nula fantasía a la que me aferro con tal de no ser yo el que caiga.

Yo prefiero pensar que, tarde o temprano, algún patito amarillo me rescatará en sueños; me subirá a su lomo y navegaremos juntos rumbo a las somnolientas horas de la siesta... algún día.... agosto está más cerca.